SEGUDO PERIODO

Salir a vacaciones fue un alivio, no tenía que preocuparme mucho por esa chica de dudosa procedencia, pero el tiempo pasó volando y es hora de averiguar algunas cosas....

 

 Semana 10

Los primeros días de clase siempre espero que no se haga nada, porque es lo que siempre pasa, pero sorprendentemente no fue así, en clase estuvimos hablando de los comerciales y el consumismo, aunque esta buena la discusión, como vampiro eres más racional y de cabeza más fría que las demás personas por lo que solo eran simple humanos, fáciles de tentar, además, Stefan no había ido a clases por estar investigando sobre esa chica, aunque solo era una investigación nunca se sabe que podía pasar, estaba preocupada e intentaba que no se notara mucho, pero la conexión que tenía con Stefan y los siglos juntos eran más que suficientes como para estar segura que lo amaba y lo perdería todo si lo perdiera a él; siento mis mejillas húmedas, me sorprendo al ver lágrimas, y de repente siento un fuerte tirón en el estómago y un dolor agudo en el corazón, algo malo está pasando.

 

Semana 11

 

Stefan no aparece, no encuentro su rastro y nadie me da noticias de el, la profesora continua con sus clases sobre el consumismo, nos ha repartido a cada equipo un tema para exponer, al mío le toco la entrevista, intentan preguntarme algo, pero yo solo pienso en Stefan, que estará haciendo, que  le ha pasado, pero antes de poder hacerme más preguntas el entre cogido de la mano con otra chica, mejor dicho, la chica, esa que estaba causando tantas preocupaciones, le piden a la profesora permiso para entrar y se sientan en el otro extremo del salón, no sé qué está pasando pero algo anda mal.

En descanso lo busco, y lo que veo me parte en dos, tres, cuatro, en mil pedazos, ¿Qué diablos está pasando? se estan besando.

-¿Que está pasando aquí? -Grito.

Se levantan sobre saltados, Stefan me mira como si no me conociera, ella se le acerca, le susurra algo al oído y él se marcha, cuando estoy a punto de decir algo, me encuentro tirada contra un muro y con la mano de esa chica extremadamente fuerte en mi cuello

-Escucha con mucha atencion, no quiero acerte daño, pero lo hare si no te alejas de el, puedes tener muchos años, pero hay muchas cosas que no sabes, y para evitar problemas A-L-E-J-A-T-E -Me dice enfatizando la ultima palabra, luego me suelta y desaparece, dajandome en el suelo tirada, sorprendida y sin respiracion no entiendo que esta pasando, pero lo averiguare.

 

Semana 12

La profesora no vino a clases, pero dejo una actividad, la hago en menos de media hora y me retiro del salón.

-Yo no quiero nada contigo -Me grita Stefan, lo busque para preguntarle qué estaba pasando y no puedo creer que me esté hablando así.

-¿Es que acaso te volviste loco? ¿Ella te hizo algo verdad? tú me amas, nos amamos, no lo recuerdas, por favor, recuerda.....-Le suplico entre lágrimas, no puedo creer que esto esté pasando, de hecho, no sé qué está pasando.

-Mírame, no te estoy mintiendo, nosotros nos amamos, ella debió hacerte algo, yo nunca te mentiría -Le tomo del cuello y le acerco a mí, veo duda en sus ojos, tal vez esté funcionando...

-Creo que te equivocas -Dice mientras se aparta de mí, sacude su cabeza y vuelve a tener la misma mirada seria y perdida -Yo amo es a Caroline -Dice y se marcha.

Caroline, ese es su nombre, el nombre de quien me ha quitado todo, no sé qué hacer, el pecho me duele, siento que voy a explotar, jamás había sentido tanto dolor, sin él lo pierdo todo.

 

Semana 13

Un grupo le tocaba exponer hoy, solo sale una chica, no estaban bien preparados.
No me importa la clase, no me importa nada, estoy destrozada y no tengo ganas de hacer nada.
Estuve investigando, Caroline es una original, de los primeros vampiros del mundo, capaz de ignotizar a otros vampiros, no hay nada que yo pueda hacer, no estoy muy segura de que la frases el amor lo puedo todo tenga validez en este caso, lo he perdido, posiblemente para siempre.
Ahora solo tengo recuerdos, sus besos...
Su cuerpo....
Sus alegria...
Sus caricias...
 
Lo estrañaba todo de él, y no sabia como recuperarlo....
 
Recuerdos......
 

 

Entonces tengo una idea, tal vez el amor si lo pueda todo, tal vez lo pueda hacer volver a mí...

 

 
 
 

PRIMER PERIODO

1 Semana

Era tarde, la luna se reflejaba al otro lado de la ventana de la habitación, y aunque eran pasadas la tres de la mañana, la luz de la luna daba suficiente iluminacion como para ver todo con claridad, la razón por la que no podía dormir, era nada más y nada menos que el día anterior había sido el más raro de toda mi vida, lo había pasado todo en compañía de la persona de la cual estaba enamorada, claro, él no lo sabía, y aun así el muy idiota me trataba dulce y amablemente y eso no ayudaba para sacarlo de mi mente y de mi corazón, pero muchas cosas cambiaron desde ayer, y no volverían a ser las mismas, yo por ejemplo.

Mi nombre es Katherina, vivo en Transilvania, el lugar de donde provienen todas las leyendas de Drácula, pero el punto no es ese, si no el extraño magnetismo que me atrajo hasta el castillo de él, era la primera vez que estaba tan cerca de aquel lugar, a mis padres no les gustaba que me acercara demasiado, decían que Drácula podría salir y beber mi sangre, pero por supuesto, esta amenaza dejo de funcionar después de los 13 años, pero hasta ahora nunca había estado tan cerca, no sabía porque hoy tenia estas extrañas ganas de estar allí, después de recorrer un poco el lugar escuche unos cuantos ruidos, que se hacían cada vez más intensos a medida que me acercaba, y sí, yo era la clase de chica estúpida que se acercaba cuando escuchaba ruidos extraños, lo más irónico es que siempre les gritaba a las chicas de las películas de terror que se alejaran del ruido extraño, valla coherencia.

En la entrada del castillo se encontraba el, Stefan Salvatore, el chico del que estaba enamorada, sé que es una palabra grande, pero lo que siento también lo es.

-¿Qué se supone que es lo que estás haciendo?-le pregunte

-Dios mío, me has dado un susto enorme- dijo sobresaltándose, lo mire detenida mente, esperando que respondiera.

-¿Qué? ¿Acaso no piensas disculparte?-me pregunto

-¿y por qué tendría que hacer eso? Tu eres el idiota que está intentando entrar a la casa más terrorífica de toda la región, te mereces el susto.

-Vale, tienes razón, y con respecto a tu pregunta, si es que no es muy obvio, estoy intentando entrar.

-no me digas, replanteare la pregunta, ¿Por qué quieres entrar?

-curiosidad

-Está bien te ayudo.

Me acerque, no sabía por qué estaba haciendo esto, pero de repente me habían entrado unas ganas de saber que encontraríamos allí dentro, al tocar la cerradura  la puerta se abrió sin un mínimo esfuerzo, nos miramos el uno al otro sorprendidos esperando que el otro avanzase.

-Primeros las damas- dijo haciendo una reverencia

-Gallina

Cuando los dos estábamos adentro, las puertas se cerraron con un golpe sordo, y todos nuestros intentos por abrirla fueron en vano, por lo que comenzamos a caminar esperando encontrar otra salida.

El castillo era muy antiguo, tenebroso y estaba algo deteriorado, pero eso no le quitaba la belleza y autoridad que poseía, al caminar unos cuantos tramos, nos encontramos con una puerta custodiada por un enorme hombre de madera, cuando intentamos dar la vuelta y correr, solo encontramos una pared que antes no estaba allí, el hombre nos miraba con furia y se aproximaba lentamente, cuanto desearía tener un frasco lleno de terminas en este momento, y para mi sorpresa este aprecio en mis manos, Stefan me miro sorprendido buscando una explicación, pero callándolo con una mirada, libere las termitas que rápidamente se devoraron a este hombre y en seguida desaparecieron, mientras, habríamos la puerta, y caminábamos le conté lo que había pasado, el simple hecho de desear lo que necesitaba había hecho que apareciera.

Después de poco tiempo encontramos una segunda puerta, y valla sorpresa nos llevamos al encontrar dos escorpiones, venenosos, agiles y rápidos, en frente de la puerta preparados para atacar, de un momento a otro me vi cubierta con un traje de metal, pesado y resistente, sorprendida, mire a Stefan que sonreía como un niño con su juguete nuevo, pasamos tranquilamente por el lado de los escorpiones sin inmutarnos por sus intentos de hacernos daños.

-Al parecer no eres la única que puede hacer aparecer cosas-me dijo con una sonrisa pícara.

Conscientes de que empezábamos a descubrir cómo funcionaban estos extraños sucesos, continuamos; en la tercera puerta se encontraba un monstruo, fuerte, grande e invencible, nos miramos asustados sin saber que hacer o que desear, mire fijamente al monstruo y me percate de cuanto odio había en su mirada, y detrás de tanto odio, no podía haber más que dolor, empecé acercarme lentamente pero Stefan me agarro del brazo evitando que continuara.

-¿Es que acaso te volviste loca?

-Posiblemente, pero tienes que confiar en mí, a menos de que tengas otra solución.

Soltó mi brazo lentamente, pidiéndome que tuviera cuidado, no pude más que derretirme por dentro.

-¿Cómo te llamas?-pregunte al monstruo que después de un rato de mirarme totalmente confundido, respondió con precaución.

-Uyeni-contesto con una voz notablemente femenina.

Comencé hacerle preguntas básicas, como ¿Cuál es su color favorito? ¿Qué haces en tu tiempo libre? Y cosas por ese estilo, después de un tiempo, Stefan se acercó, y al igual que yo comenzó hacer preguntas, lo cierto es que la estábamos pasando muy bien con aquel monstruo, el cual nos confesó que la única razón por la que estaba tan enojada, era que le habían dicho que cualquiera que se acercara intentaría matarla, y que por lo tanto no sabía que veníamos en son de paz, después de un tiempo le informamos que teníamos que marcharnos, y después de intercambiar el whatsapp y el correo, Stefan y yo continuamos nuestro camino conversando y haciendo preguntas el uno al otro, y riendo en muchas ocasiones, definitivamente era el día más extraño de toda mi vida, él y yo no hablábamos a menudo, y ahora lo hacíamos como si nos conociéramos de toda la vida.

La cuarta puerta se veía a lo lejos, pero nada impedía su paso, lo cual resultaba extraño, pero a medida que nos acercábamos escuchábamos una melodía extremadamente adormecedora, no pude contener las ganas de bostezar y empecé a sentir las piernas débiles y la necesidad de tirarme en el suelo,  pero de repente tenía unos grandes audífonos y heavy metal sonando en mis oídos, que después de esto no volverían hacer los mismo, al mirar a Stefan contemple como movía su cabeza para adelante y atrás, tales movimientos podrían dejar fácil mente a una persona sin cabeza, al mirarme levanto sus pulgares haciéndome saber que esto era idea suya, pasamos por la puerta, e inmediatamente los audífonos y la música desaparecieron.

Al aproximarnos a la puerta número cinco vimos que todo el suelo estaba lleno de ramas, las cuales se fueron estirando y enredando en nuestros cuerpos evitando que prosiguiéramos, desee con todas mi fuerza que mi amiga Uyeni, el monstruo nos ayudara, al aparecer, le rogamos que nos liberara de las ramas, y al ser súper fuerte e indestructible no fue muy difícil hacerlo, después de agradecerle, continuamos nuestro camino.

Al seguir caminando nos vimos encerrados entre cuatro paredes y ninguna puerta, empezamos a tocar con nuestros puños hasta que Stefan encontró un punto hueco y buscando la manija abrió la puerta, y cuando iba a empezar a andar se detuvo al ver al frente suyo un hoyo negro, que sin duda nos tragaría si dábamos un paso en falso, contemplamos el espacio entre el hoyo y la puerta no era ni un paso, Stefan me indico que colocara los pies en forma horizontal y rodeara el hoyo, con mucho miedo lo hice, y logre pasar, cuando llego su turno de hacerlo, vi con horror como se equivocaba y caía en el hoyo gritando mi nombre, me derrumbe en el piso, no poder parar de llorar, maldito el momento en el que decidimos entrar, me sentía destrozada, vacía, solo deseaba que él estuviera aquí, conmigo y que nunca hubiéramos entrado a aquel lugar, y así fue como el mejor día se convertía en el peor de todos, no podía parar de llorar, no importaba cuantas veces se lo ordenara a mi cerebro, mi corazón estaba totalmente roto, y mis sentimientos siempre le ganaban a mi razón, pero de repente capte como una voz me decía en un susurro que continuara, no sé como pero logre pararme y continuar, pero las lágrimas no se detenían.

 

En frente de la puerta número siete se encontraba un rebaño de cabras que no paraban de reír, y era un contraste ridículo al compararlo conmigo, ellas felices, y yo totalmente destruida, me informaron que la única manera en la que me dejarían pasar era si las hacia llorar, lo cual parecía difícil, se veían demasiado felices, por lo que pensé en algo que en un tiempo me hubiera hecho reír tanto hasta llorar, así que les mostré todas las películas de American pie, y no falto mucho para que me dejaran pasar.

Camine y camine, hasta que encontré una puerta sin protección ni obstáculos, y la abrí sin dudar demasiado, no tenía ganas ni de pensar ni sentir en lo absoluto, al entrar me encontré con una habitación llena de todo lo que a una persona se le podía pasar por la mente, pero estaba demasiado triste como para ponerme feliz.

La misma voz que me había ayudado a continuar me dijo que podía pedir una cosa, la cosa que más deseara, riqueza, fama, inmortalidad,  lo que quisiera, solo tenía que pedir y se me concedería, y rápidamente a si lo hice.

Al otro día

Me arregle rápidamente para ir al colegio, desayune y me despedí de mis padres, al llegar, fui directamente al salón de mi primera clase, con un nudo en el estómago, manos temblorosas y unas lágrimas que deseaban salir con urgencia, todos los alumnos se encontraban en sus asientos, pero yo no podía estarme sentada, por lo que estaba mirando por la ventana del salón, pero al igual que todos me sobresalte cuando la puerta se abrió de un golpe, y al mirar, él estaba allí, mirándome y acercándose peligrosamente rápido, tomo mi cabeza en una mano y mi cuello en la otra, y me beso profundamente, mientras el resto del mundo desaparecía, cuando se separó de mis labio, se acercó a mi odio y susurro, gracias por salvarme.

Semana 2

Después de lo que había pasado, Stefan y yo nos enteramos que no éramos los únicos en haber pasado por las siete puertas, que habían más curiosos como nosotros que habían entrado, y que muchos no tuvieron la misma suerte que nosotros, y no salieron jamás, durante esa semana de colegio, muchos estudiantes estuvieron contando su historia, y la profesora nos leyó un libro de literatura española, que había sucedido en la edad media, de testimonios de muchas personas que también habían pasado por las puertas, a pesar de que eran interesantes las demás historias, estaba en mi propio mundo, todo había cambiado demasiado rápido, y no es que me quejara, era muy feliz al lado de Stefan, solo tenía ese pensamiento extraño, de que lo que sentía por mí solo era agradecimiento por haberlo salvado, y tenía miedo de que fuera así…

Las historias no paraban de fluir, unas demasiado extrañas como para prestarles atención, otras llenas de mucha fantasía, y muchas llenas de amor…en algunas me envolvía fácilmente, pero en otras no me apetecía ni escuchar,  y el mismo pensamiento se me paseaba por la mente entre más historias escuchaba, en algún momento tendría que enfrentarme a él, y aunque todo iba muy bien, cada día tenía más preguntas, y ninguna respuesta, Stefan era genial como novio, y sentía que me quería, ¿podría ser ese amor el resultado al agradecimiento?

Semana 3

 

Ya las historias habían disminuido poco a poco, pero la profesora continuaba con las historias de la edad media aunque un poco más avanzadas, el tiempo pasaba mucho más rápido, nunca había sido tan feliz en mi vida y a la vez tan desgraciada, como si mi corazón estuviese a punto de salir de mi pecho por tanta felicidad, y mi cerebro estuviese a punto de salir líquido y derretido por mi nariz, por tantas dudas que lo harían prenderse fuego y escurrirse entre mis fosas nasales hasta dejarme total e irrevocablemente en un mundo sin viaje de regreso, no sentía paz en ningún momento, sentía esa carga en mi espalda, que me indicaba que algo estaba mal, desearía olvidar todo lo que había pasado, y después de ese pensamiento, escuche las palabras de la profesora que hasta ahora no le había prestado mucha atención, pero con esas palabras me recupero de inmediato: Una persona que olvida su pasado, es una persona sin historia, había dicho la profesora, ¿acaso quería yo ser una persona sin historia, sin nada más interesante que contar que mi nombre, color favorito, y datos vagos? lo que me había pasado formaba parte de mí, y sabía que yo había cambiado después de entrar a ese castillo, fuera para mal o para bien, todo pasaba por una razón, así que por lo que fuese, continuaría mi vida, y aunque no me sentía preparada para preguntarle a Stefan sobre sus sentimientos, lo haría sin falta la próxima semana, y ¿por qué la próxima semana y no ahora? pues, porque, tu sabes, tengo muchas cosas que hacer, y el también y si, como que incómodo y si, pues, vale, está bien, solo quiero una semana para pensar que le voy a decir, un poco más de tiempo, pero prometo que lo hare, entonces la profesora pronuncio la palabra mágica, tarea, y me recupero de nuevo, era ver una película, yo amaba el cine tanto como los libros, y esperaba que fuera buena, estuve a punto de volver a meterme en mis pensamientos hasta que sentí unas manos en mis hombros que me hicieron voltear y ver a mi increíblemente guapo novio, que sin dudarlo se aproximó a mis labios, y se separó demasiado rápido para mi gusto, que al ver mi puchero, no pudo más que reír a carcajadas, y hacer que me perdiera en la más hermosa melodía...

 

Días después…

Stefan y yo salimos a cenar, llevaba comentándome sobre un restaurante nuevo y quería que fuéramos, cuando se presentó la oportunidad no dudo en  invitarme, así que aquí estaba yo, con un vestido de coctel que se ajustaba en los lugares que debía ajustarse, un poco más arriba de la rodilla, de un hermoso azul marino, con brillante, con unos tacones de 16 cm que por cierto amaba, eran negros en estilo de cinta, dejando ver mis uñas perfectamente arregladas, no iba muy maquillada y llevaba mi pelo suelto y perfectamente aplanchado, no podía negar que me veía bella, pero ni que decir de mi acompañante, ni con mis tacones podía ser más alta que él, iba en un traje negro sin corbata, y se movía con tanta fluidez que tranquilamente podría a ver estado en pantaloneta como los días en que íbamos al lago…

Cuando entramos al restaurante no pude más que asombrarme, era simplemente perfecto, las mesas estaban lo suficientemente separadas para dar intimidad a cada cliente, la pared del fondo estaba totalmente adornada con una biblioteca repleta de libros desde el suelo hasta el techo, solo podía pensar en cuántos libros podría coger y salir corriendo, pero con estos tacones no podía llegar muy lejos hasta que me atrapasen, así que descarte la idea muy triste, Stefan me guio hacia un reservado muy cerca de los libros…

-Apuesto a que estas pensado cuantos libros puedes robar sin que se den cuenta- me dijo Estefan cuando nos sentamos.

Me sonroje tal cual tomate, puesto que detrás de él se encontraba la camarera que me miraba como preguntándose si debía o no preocuparse por lo libros y llamar a seguridad, al terminar con su inspección y al ver mis tacones, obviamente descarto la idea.

-Hola mi nombre es Roxan y voy a ser su camarera esta noche, ¿desean ver la carta?

Stefan no pudo más que explotar en carcajadas, al darse cuenta de que la camarera lo había escuchado, y mi cara roja no ayudaba para que dejara de reír, pero cuando vio mi cara de enojo rápidamente empezó a toser disculpándose y agallo la cabeza…

-Si gracias no encantaría ver la carta- Le conteste a la camarera, que intentaba no reírse al ver la cara de perrito regañado de mi novio, nos dejó la carta y nos indicó que tocáramos el botón del centro de la mesa cuando supiéramos que íbamos a ordenar y se marchó.

-¿desde cuándo me conoces tanto?- le pregunte a Stefan

-desde el día en que te lleve a mi casa he intentaste llevarte varios de mis libros, y te reusaste a devolvérmelos excusándote en que tú los cuidarías mejor, por lo que me toco negociar para que por lo menos me devolvieras la mitad, de los diez libros que intentaste llevarte…

Nos miramos por unos segundos hasta que estallamos en carcajadas recordando ese día.

Después de comunicarle a la camarera lo que íbamos a comer, me empecé a poner más y más nerviosa, tenía que encontrar el momento indicado para preguntarle mis inquietudes, pero estábamos conversando demasiado a gusto como para interrumpirlo así que mejor esperaba a otro día…

Deja de ser cobarde, me grito mi conciencia, vale, vale, se lo diría hoy pero, buscare el momento indicado.

La camarera deposito los pedidos en frente de los respectivos dueños, un Ciorba de Perisoare y de postre un Chec para Stefan, para mí un Sarmale y de postre un Cozonac, y por ultimo una botella Târnave del mejor vino de Rumania, disfrutamos de los platos en un cómodo silencio lleno de gemidos de placer por la exquisita comida, cuando terminamos de comer, me retire al baño, donde revise cada uno de las cabinas, al terminar de comprobar que no había nadie, comencé a volverme loca, mi respiración se agito, las manos me empezaron a templar, no sabía qué hacer, estaba en pánico, sabía que el problema no era preguntar, eso lo podía hacer tranquilamente, el problema, era lo que él me contestara, y si estaba conmigo por agradecimiento, y si me dejaba…

Que pasara lo que tenga que pasar, pensé, Salí del baño un poco mejor para descomponerme rápidamente al ver como la camarera le pasaba un papelito a mi novio que le sonreía plácidamente, quien levanto la mirada y me pillo observándoles, se le descompuso la cara al ver la mía, Salí prácticamente corriendo de aquel lugar, una vez a fuera, no sabía para dónde ir, y antes de decidir ya tenía una mano agarrando mis brazo evitando mi huida.

-¿adónde vas? ¿Qué te pasa? ¿Por qué saliste así?- me ataco con preguntas Stefan

-¿Qué hacías con la camarera?- Le pregunte, quien abrió los ojos con incredulidad.

-¿Estas celosa?

-¡Claro que no!

-¿entonces?-Era ahora o nunca.

-¿Por qué estás conmigo?-Le pregunte rápidamente- ¿Por qué? Hay muchas chicas más bonitas que yo, más inteligente, más de muchas cosas, ¿estás conmigo por agradecimiento por que te salve? Porque si es así, no tienes que hacerlo, podemos dejarlo aquí y…

-oye, para, ¿de qué estás hablando? ¿Agradecimiento? ¿Por eso has estado tan nerviosa todos estos días?, oye, mírame-levanto mi cara con su mano y limpio mis lágrimas que no paraban de salir- no llores, quiero que escuches muy bien lo que te voy a decir, antes de que pasara todo lo que paso, yo ya te quería, no podía dejar de mirar a la chica que siempre tenía un libro en sus manos, y sabía que pese a no tener amigas no las necesitabas, eras feliz así, se notaba, siempre sonríes, pero no eras muy comunicadora, y quería conocerte, saber que escondía esa hermosa chica y como es que nadie la miraba…y no hay día en que no agradezca que me salvaras, y que hallas estado ese día allí, pero te quiero y que me salvaras y no hizo más que agrandar mi amor, pero no fue la causa de él, que lo tengas claro, ¿entendido?

Estaba en shock, no sabía que decir, era lo más lindo que me hayan dicho nunca, y como estúpida que soy estaba parada allí sin decir nada…

-Kate por favor di algo…-vale, voy a decir algo, dios mío que mi voz salga bien, por favor, es lo más importante que he dicho en toda mi vida, ayúdame, a la 1, a las 2 y hay va…

-Yo también te quiero- susurre, y por su cara supe que me había escuchado, tenía la sonrisa más hermosa que jamás se allá visto, sería perfecto para las propagandas de Colgate…mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí la presión de sus labios sobre los míos, tarde unos segundos en reaccionar hasta que empecé a mover los míos al compás de los suyos, era un beso lento y cargado de amor…

-Ven, te mostrare que es lo que estaba haciendo con la camarera- Me dijo después de habernos separado.

Cuando entramos me llevo hasta la pared de los libros, y me entrego un papelito que supongo era el que le había dado la camarera, al abrirlo había una frase escrita en el “cumbres borrascosas”, lo mire sin entender nada…

-¿Qué es esto?

-Es el nombre de un libro

-Eso ya lo sé, pero no entiendo…

-Le había preguntado a la camarera por un libro de amor que sé que son tus favoritos, y me recomendó este, y recuerdo que te he escuchado mencionarlo antes, así que…- me cogió de la cintura y me voltio para quedar dándole la espalda y enfrentando a la camarera que se encontraba a poca distancia mía con el libro en las manos, y entregándomelo se marchó.

Me gire de nuevo hacia Stefan que me miraba como esperando una respuesta.

-¿te gusta? –me pregunto rápidamente, que por poco y no le entiendo.

-¿Dónde has estado todo este tiempo?- le pregunte, quien sonrojándose y abriendo mucho los ojos me contesto.

-Esperándote- y acercándome asía el, me abrazo fuertemente

-Eso sonó muy cliché-no pude evitar comentar

-Sí, lo sé, pero la ocasión lo amerita.

-Te quiero, Kate

-Yo también te quiero, Stefan

Semana 4

No podía concentrarme en clases, casi nunca me pasaba, pero hoy era uno de esos días en que no quería hacer absolutamente nada; en clases, Stefan y yo nos hacíamos por separado, para no distraernos, pero en momentos así solo quería tenerlo a mi lado, no sabía que me pasaba, y no me estaba volviendo loca, pero algo muy extraño me había pasado anoche, y estaba muy segura de que no había sido un sueño; cuando mire hacia donde estaba Stefan justo en el momento en el que el volteaba a mirarme, fue suficiente, cuando la maestra tuvo que salir por unos implementos necesarios para la clase, muy convenientemente para nosotros, porque rápidamente salimos del aula para no volver…

Nos dirigimos hacia la parte trasera del colegio, donde nadie nos molestaría, me recosté contra la pared, pero Stefan estaba a unos cuantos pasos míos guardando la distancia, pero yo lo quería cerca, muy cerca, tomándolo de las solapas de la camisa lo atraje hacia mí, pese a que me sorprendió que se resistiera, no tardó mucho en unir nuestros labios en un beso mucho más que apasionado, mas desesperado, algo pasaba, se sentía en el ambiente y no era solo a mí; el beso empezaba a intensificarse, Stefan movía sus manos alrededor de mi cintura y se desplazaba hasta el final de mi blusa para tocar la erizada piel de mi espalda, mientras yo hacía círculos con mis pulgares en su cuello, con una agilidad desconocida hasta ahora para mí, despoje a Stefan muy rápidamente de su camisa, detrás de la cual se ocultaba un cuerpo que te dejaba sin respiración, me aparte un poco para contemplarlo y recorrerlo con mis manos, cuando deslice mis uñas desde el inicio de su pecho hasta su ombligo pude sentir el estremecimiento de todo su cuerpo, poco después me acerque a su cuello para dejar un camino de dulces besos, que subían por su mandíbula hasta encontrar sus labios de nuevamente, pero de repente me sentí vacía, fría, Stefan se había a apartado y se estaba colocando la camisa, mientras respiraba agitadamente, me sentía desconcertada he intente acercarme a él pero retrocedió rápidamente.

-¿Qué pasa?- Le pregunte.

-Nada, es solo que, siento que algo no anda bien- me respondió mientras se sentaba y se recostaba contra la pared, me acerque lentamente para sentarme a su lado.-Lo que acabo de pasar, no es que no lo quisiera, en serio te deseo, mucho para mi desgracia, pero es como si algo más me empujara hacerlo, y aun es muy pronto…- me dijo con voz ronca.

-Tienes razón, también lo sentí, pero no sé qué es, y al parecer no tengo tanta fuerza de voluntad como tú, o yo te deseo más…

-¿Quieres empezar una discusión sobre quien desea más a quién? Porque si quieres, prepárate para perder-Me dijo un poco más calmado.

-Sabes, no quiero pelear, porque es así como terminaremos, peleados, lo que quiero en este momento  es besarte-Afirme sin dudarlo, me miro con cara de pánico-oye no me mires así, no es como si fuera a violarte ni nada, es solo que en serio quiero besarte, siento que algo malo va pasar muy pronto, y quiero disfrutar y estar feliz mientras llega y no es solo eso sino también el hecho de que…

No pude terminar de decir lo que estaba diciendo porque ya lo tenía sobre mi besándome mucho más lento y calmado, pero con amor, algo se aproximaba y no solo yo lo sentía, era algo malo, y ambos teníamos miedo, pero no podíamos perder ni un segundo, tal vez ni siquiera nos quedara mucho tiempo, alto, ni siquiera sé por qué pensé eso…

Me centre de lleno en el beso, y ahogue las preguntas para después.

Dos días después...

Stefan y yo no habíamos podido hablar mucho después del otro día, estábamos un poco ocupados, y de verdad lo extrañaba, y comprobé que el también a mi cuando nos miramos desde dos puntos opuestos del salón; aun no le contaba lo que me había estado pasando todas las noches desde  hace tres días, y sospechaba que algo similar le pasaba a él, esperaba que no, lo mío era lo suficientemente aterrador como para no deseárselo nadie, le sonreí con tristeza, algo se aproximaba, y nosotros ocupados, genial, por lo menos la siguiente clase era libre, y aunque no hablamos, nos recostamos en el suelo, con mi cara recostada en su pecho, y ambos pensado en los posibles sucesos que se aproximaban, por mi parte pensaba que alguien se interpondría en nuestra relación, o tal vez una muerte de un ser querido, un accidente a nosotros mismos, un trauma, o tal vez tenía relación con esas cosas extrañas que me pasaban por las noches, miles de ideas se desplazaban por mi cabeza, que pena que ninguna de esas fueran las razones por las que teníamos tanto miedo, hubieran sido sin duda mejor que lo que se aproximaba…

Semana 5

7:36 de la mañana, unos compañeros están exponiendo la tarea, y vengo y me entero, que a la de mi equipo le falta el último número de la lotería ganadora, o sea que a nuestra exposición le faltó algo, por lo tanto no podremos reclamar el premio, que sería una nota alta y nos dan premio de consolación que es igual a una nota promedio, genial, aparte, posiblemente me esté volviendo loca o me este convirtiendo en el próximo monstruo de Transilvania, mi novio tal vez se convierta conmigo, lo importante es que estaremos junto y nos convertiríamos en la siguiente pareja protagonista más famosa después de Vlad Drácul y Mina Harker, si es que si me convierto, mi relación esta en piloto automático y lo peor, creo que estoy más gorda, y pensar que hace un mes y pico mi vida era aburrida, y ahora parece película de drama.

A Stefan lo pasaron de grado, ahora estaremos mucho más separados, pero según el, nada va cambiar, nos veremos después de clase, y todo estará bien, digamos que le creo, pero ¿cómo puede todo estar bien cuando estoy más segura que nunca de que el mal se aproxima, y que es probable que salga de mí? ¿O del? ¿O de ambos? Nada está bien, no importa cuántas veces me lo repita, es mentira, y no entiendo por qué las cosas tienen que ser tan difíciles, es que ¿acaso nadie en este mundo puede ser feliz toda su vida?, una infancia tranquila y llena de risas, una adolescencia normal, saliendo con chicos, notas buenas, pasar a la universidad, conseguir un buen trabajo, conocer al amor de tu vida, tener 2 hijos, verlos crecer, y morir, así debería ser la vida, aunque sea como sea, cualquier vida en este mundo siempre termina en lo mismo, en lo inevitable, en lo que menos quiero hacer, morir, no es que le tenga miedo a la muerte, solo me parece ridícula la idea de que vivamos una vida si mucho hasta los 60, 70 y si tienes suerte hasta los 80, personalmente me parece injusto luchar toda un vida por algo, y al final todo se va por el caño, no importa cuántas cosas buenas hagas en el mundo, ni cuantas cosas querías hacer, el punto es que ya no estas, y no puedes hacer nada.

No quiero morir, no quiero, y menos a mis 17 años, porque eso es lo que va a pasar, lo presiento, voy a morir, muy pronto, y he soñado con la solución a no morir desde que sé que eso es lo que va pasar, y la solución es exactamente renunciar a lo único bueno que tengo, y no quiero, no quiero ni morir, ni renunciar a Stefan, pero claro, nunca nadie tiene todo lo que quiere, y no sé qué quiero más, si a Stefan o a mi vida…sabía que el amor dolía, lo que no sabía, es que el amor podía matarte, literalmente.

Dos días después…

Me duele el pecho, siento que la mandíbula se me está saliendo, los ojos me arden, no he podido comer, nada me satisface, alucino con lo que quiero, pero no puedo comer eso, no puedo…

-¿Qué te pasa?-me sobresalto al escuchar la voz de Stefan.

-Nada ¿Cómo estás tú?-Respondo con la sonrisa más real que puedo darle.

-No seas mentirosa, sabes que algo nos está pasando-Lo miro directamente a los ojos y veo el mismos miedo que veo en los míos al levantarme todas al mañanas.

-Sí, algo nos pasa, y no es nada bueno, ¿también tienes esas ganas de comer…?

-No lo digas, y si, las tengo, no sé qué nos pasa, algo cambia todos los días y en algún momento vamos a explotar.

Siento el miedo como jamás lo he sentido, las lágrimas salen involuntariamente de mis ojos, y un gemido entrecortado se escapa de entre mis labios. Stefan me abraza mientras lloro en su pecho.

-Tengo miedo-Murmuro.

-Lo sé-No dice nada más, pero sé que él también tiene miedo, pero alguien tiene que ser el fuerte, y nadie mejor que él.

-Tenemos que hacer algo, saber que nos pasa y como evitarlo.

-Debemos ir a la biblioteca de la región, allá están todos los documento y libros que nos pueden ayudar.-Comentó.

-¿Cómo entraríamos? Es casi imposible hacerlo, los documentos importantes están vigilados, prácticamente es como estirar las manos para que nos lleven a prisión.

-Con o sin ti, lo hare, no soporto la incertidumbre de saber que pasara mañana, o pasado, iré la próxima semana, me acompañes o no.-Digo muy decidida a descubrir e indagar sobre nuestra situación.

-Vale, vamos el martes, no pensé que iría tan joven a la cárcel, y si lo haría, pensé que sería por golpear a un tío que te estuviera mirando, pero vale, me pregunto ¿Qué reputación tendré en la cárcel? Si se enteran que es por leer libros, hasta hay llegue, debería mentirles y decirles que mate a mi novia o algo por el estilo…

-Hay ya cállate, pareces loro, deja el drama, que si lo planeamos bien nada va pasar.-Le dijo sonriendo por lo estúpido que es.

-¿Planear? ¿Ahora también hay que planear? Ni que fuéramos a robar un banco amor.

-¿Qué dijiste?-Pregunte con los ojos como plato.

-¿Qué si planeas robar un banco?

-No, ¿Cómo me llamaste?

-Ha, te dije amor-Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja que hace tiempo no veía, cuanto amaba esa sonrisa. Me dio la espalda y empezó a caminar por el pasillo del colegio, esboce una pequeña sonrisita, corrí, hasta llegar a unos cuantos centímetros de su cuerpo y me lance a su espalda, se tambaleo un poco, pero pudo sostenerme.

-Es la primera vez que me dices amor-Le digo con una sonrisa ridícula.

-¿en serio?, no lo había notado-Respondió como si no se notara el sarcasmo.

-Me encanta amor, no pares de decirlo.

-Me encanta que te encante, y ya entiendo por qué estás tan feliz, suena más hermoso cuando salen de tus labios y ¿sabes que más hacen muy bien tus labios?-Me pregunta alzando una ceja.

-No, pero puedes decírmelo sin palabras detrás de las gradas del colegio-Digo con voz ingenua.

-Con mucho gusto, no hay nada que me guste más que ayudar.

-Y a mí me gusta que te guste ayudar, pero en temas así solo me ayudas a mí y a nadie más.-Declare.

-¿pero qué dices? Ante todo la amabilidad, como crees que voy a negarme ayuda a alguna damisela, yo soy todo un caballero, amor.

-Tu hazlo, y te quitare lo que te define como hombre-Le dije muy feliz al ver como tragaba fuertemente y empezaba a toser.

-Por eso digo que ellas pueden solucionar solitas sus problemas…

Reí a carcajadas hasta que llegamos a la parte trasera de las gradas. Donde los problemas desaparecieron, el mundo se esfumó, no había personas, animales o cosas, hasta nuestros nombres eran desconocidos en ese momento, solo existían dos adolescentes, disfrutando de su pequeño momento de tranquilidad, y nos extasiamos hasta no poder respirar; que ingenuos éramos, tan despreocupados en aquel momento, nunca debimos distraernos de la realidad, ni por un momento, sabíamos que algo malo pasaba, pero nunca nos llegamos a imaginar lo que realmente pasaría.

Semana 5

No habíamos podido ir a la biblioteca como teníamos planeado, estaba realmente enferma, no podía moverme de mi cama sin sentir esos horribles retorcijones en mi estómago, no comía hace dos semanas, si intentaba comer algo, lo devolvía rápidamente, Stefan solo tenía un poco de fiebre, y se encontraba a mi lado, leyéndome un libro, era como una recopilación de varias historias, en una mencionaba a no sé qué chico malo, drogas, trago y sexo, y no sé qué más cosas estúpidas que hacen ahora los tíos, y luego el de una chica aventada con una cicatriz del pasado que conoce a un chico en un avión y ya lo está manociando…

Stefan había parado de leer, lo mire, mi mundo se detuvo; todo es más real cuando lo que te está pasando a ti lo vez en los ojos de la persona que amas, era a la vez terrorífico pero tan diferente que hasta se podía decir que era hermoso: Las venas de alrededor de sus ojos estaba muy marcadas, se veían casi negras, sus ojos brillaban de una forma extraña, y su mandíbula estaba totalmente apretada formando una línea recta, cuando me pasaba a mí era mucho más intenso que eso, y estaba segura que al también le daba de una forma intensa, pero ahora solo estaba de un modo leve, a mí nunca me había pasado por la tarde, siempre me pasaba por las noches, ¿Qué era lo que provocaba estas transformaciones tan repentinas? ¿Acabarían en algún momento?

El me miraba con la misma expresión que yo, totalmente atentos a cualquier cambio, entonces mire de reojo hacia la ventana de mi habitación y vi mi reflejo, al parecer yo también me había transformado, era la primera vez que nos pasaba delante del otro, cerré lo ojos con fuerza y cuando los abrí es como si nada hubiera pasado, Stefan era Stefan y yo era yo, aparentemente, Stefan se recostó en la cama conmigo y me estrujo entre sus brazos, acerco su boca a mi oreja y susurro-Tengo miedo.

Semana 6

No mejoraba, mi madre insistía en llevarme al hospital, pero sabía que lo que tenía no podrían curármelo ningún doctor, así que me negué a su insistencia prometiéndole que me estaba sintiendo mejor aunque no fuese así, y que ya se me pasaría, con todas mis fuerzas me lo repetía una y otra vez esperando que se hiciese realidad, esto ya pasara, todo estará bien, una y otra vez, Stefan intentaba animarme, y limpiar mis lágrimas que ahora salían con más frecuencia, aun sin un motivo, solo porque si, estaba comiendo lloraba, estaba viendo televisión lloraba, estaba en el baño lloraba, por todo era una lloradera me daba de tortas en la cabeza por ser tan débil, pero el estrés me tenían agotada, estaba confundida, desorientada.

Stefan también empeoraba, y aunque hace poco había admitido que tenía miedo, cuando le mencionaba el tema el juraba jamás haberlo dicho y que seguro ya estaba alucinando, es como si quisiera olvidar ese día en que todo fue más real, pero yo sé por como se ve que está mal, está mucho más pálido, intenta moverse lo menos posible, y sé que tanto a mi como a él, la garganta nos está matando, es como si estuviera al fuego vivo, y aunque yo ya no hablo mucho, Stefan por lo contrario parece loro aun cuando le duele, por lo que prácticamente se mudó a mi casa, se trajo varias mudas y se infiltro en mi closet, sus cosas de hombres están regadas en todo mi baño, aun es raro encontrarte con muchos elementos que jurabas no haber tenido hace unas semanas, pero me voy acostumbrando , a mama no le gustó mucho la idea y estuvo apareciendo todos los días a mitad de la noche buscando algún indicio sexual o algo así, pero después se dio cuenta que Stefan era un mojigato y se le paso. Mi cama es pequeña pero las noches son frías, así que no hay problemas en que durmamos juntos, el uno le da calor al otro, pero solo es eso, solo dormir, aun cuando me estoy muriendo de deseo cada vez que lo tengo cerca, y antes tenía mis dudas con respecto a lo que sentía Stefan, pero ahora con su estado es más difícil ocultarlo, él también me desea igual si no es que más.

Se decidió que era hora de meter a un tercero en este drama, puesto que nosotros nos encontrábamos en un estado muy favoritico, el problema era quien, quien sería lo suficientemente valiente como para afrontar el tema sin mucho escandalo cuando se lo contáramos, quien no huiría despavorido en busca de la policía o de un centro médico, quien nos ayudaría.

Semana 7

Me sentía mejor, por lo que volví a clase e intente aparentar que todo estaba bien, que no tenía absolutamente ningún problema y que mi vida en definitiva era como la de cualquier chica, pero solo era eso, aparentar, evitar que se dieran cuenta en el monstruo en el que mi novio y yo nos estábamos convirtiendo.

Ya en casa, me tire a mi cama y sentí la protesta en el crujir de las tablas, me concentre en el tintineo que generaba la rama del árbol del jardín en contacto con mi ventana, en el movimiento de las hojas al ser arrastradas por el viento, escuche el choque de trastos sucios en el lavado, la risa de una niña montando en su bicicleta, el acercar de un carro a velocidad media que frenaba en frente de la casa, y por último, escuche el sonido agitado de mis respiración al percatarme de mi alcance para escuchar, esto nunca había pasado…

-Veremos una película-Stefan entro deposito un leve beso en mis labios y se dirigió al DVD del televisor.

-He si hola, yo estoy bien gracias por preguntar.

-Así hola, ¿estás bien?

-Si ajam, ¿qué película veremos?

-Sin nombre

-No, en serio, dime-insistí.

-Pero por eso, se llama sin nombre.

-Ha vale.

Empezamos a ver la película, resulto refrescante sentir que algo era normal en tu vida, tener noches de películas con tu novio, comer palomitas que nos había traído mama, una película buena y animada, mencionaban unos enlaces o algo parecido que nos hacía buscarlos inmediatamente para poder entender, estuvo muy buena en realidad, al finalizar todo quedo en silencio y poco a poco me sumí en un profundo sueño, envuelta en fuertes y calientes brazos…

Dos días después…

Stefan y yo nos sentíamos inquietos, se aproximaba semana santa, y por alguna extraña razón tenía miedo, como si algo malo fuese a pasar, y así fue, al llegar el primer día de semana santa, desperté en un cementerio, rodeada de tumbas, hojas y tierra mojada, no sabía exactamente donde estaba, empecé a caminar sin un rumbo fijo, sin saber a dónde ir o que hacer, tan elevada estaba que choque contra algo y caí hacia tras, pero antes de tocar el suelo, unos brazos fuertes evitaron mi caída. Era Stefan, posiblemente con la misma cara de confusión que debía de haber en la mía, ninguno tenía fuerzas para hablar así que ninguno dijo nada, apenas si podíamos caminar.

Cuando por fin encontramos la puerta que por milagro no estaba cerrada al intentar atravesarla un fuerte dolor recorrió mi espina dorsal y me impulso de nuevo hacia el cementerio, lo intentamos una y otra vez, pero con cada intento el dolor no hacía sino empeorar, así que nos detuvimos, y empezamos a buscar un lugar del cual resguardarnos de la lluvia que por la apariencia del cielo se acercaba, encontramos una pequeña casita llena de implementos de jardín y esperamos, pero nunca podríamos haber esperado lo que iba a suceder.

Durante semana santa

No sabía cuándo acabaría, no sabía cuándo llevaba aproximadamente sin poder moverme, minutos, horas o quizás días, todo parecía tan difuso que no tenía la realidad del tiempo, a veces sentía que caía en un sueño profundo, en el que aparecía un hombre y una mujer, que muy unidos se susurraban al oído, lograba captar unas cuantas palabras como, dentro de 100 años, cuando tengan 17, nuestra sangre y su sangre y en algún momento puedo jurar que dijeron mi nombre, lo más extraño de todo es que aquellas personas vestidas de un modo tan antiguo y con un parlamento claramente rumano me parecían conocidos, como si no fuese la primera vez que los viese, aunque si era la primera…la mujer era indudablemente hermosa, sus pómulos y la forma de los ojos estaba muy segura de haberla visto en otro lugar o en otra persona, de repente sentí como el sueño se esfumaba entre mis pupilas al abrirse y encontrarse exactamente con los ojos de la mujer pero en una persona diferente, y de un momento a otro lo recordé todo, y volví hacer la que siempre debí ser.

Semana 8

Mi madre estaba furiosa, y con mucha razón, estuve toda la semana sin ir a dormir a casa, sin reportarme, ni decir absolutamente nada, y junto con los padres de Stefan estaban muy apenados con los policías que llevaban buscándonos por 4 días.

-No entiendo, se supone que ustedes los adolescentes están pegados ahora de toda esa tecnología, entonces no entiendo para que te doy un celular si ni lo usas-Estaba diciendo mi madre mientras me cepillaba el pelo.

-Mami, tienes que calmarte, lo importante es que ya volví, Stefan y yo solo queríamos pasar tiempo de calidad como novios, abras notado que casi no teníamos ni tiempo para vernos-Dije de la forma más convincente que podía.

-Eso lo entiendo, pero la que no entiende eres tu ¿Por qué no podías buscar un celular y avisarme que habías decidido entregarte a tu novio?

-¡MAMÁ!-Grite sobresaltada- ¿Por qué las madres de ahora solo piensan en sexo?

-¿Qué? ¿Me vas a decir que no fue así?

-Pues no madre, no fue así, solo vimos películas, hablamos, dormimos, pero nada más-Era increíble como fluían las mentiras, antes era como tener un nudo en la garganta, pero desde que sabía lo que Stefan y yo éramos y como controlarlo era como si mentir formara parte de mi ADN, y posiblemente lo hiciera, pero en definitiva lo que le estaba contando a mi madre y lo que realmente había pasado era muy diferente.

Haber estado encerrada en un cuarto lleno de implementos de jardín recordando tus vidas pasadas no creo que se considere la mejor semana santa que digamos, ni por mucho la más romántica. Bueno aunque por supuesto tuvo su romanticismo cuando te encuentras das cuenta que estas de nuevo con el amor de tu vida, bueno de la eternidad, bueno no, sería más apropiado decir de la existencia, fuera lo que fuera, estábamos de nuevo junto, y nada ni nadie nos volvería a separar…

Semana 9

En el colegio estábamos en exámenes finales, y por la prisa de salir del salón, no puse la suficiente atención en ninguna de las evaluaciones, si me quedaba un segundo más alguien terminaría muerto, y necesitaba controlarme, me fui de tras del colegio, y un estudiante paso sin darse cuenta de mi presencia y no pude contenerme, lo lleve a gran velocidad hasta detrás de las gradas, y enterré mi rostro en su cuello y empecé a succionar, cuando su respiración empezó a lentificarse me detuve; mire directamente a los ojos de mi víctima y le borre de su mente estos últimos momento, después de todo, ni Stefan y yo queremos que se empiece a rumorar nuevamente que hay vampiros en Transilvania, tenemos que pasar desapercibidos, aunque después de tantos años sin sangre es duro no beber de cuanta persona se pasa por tus narices, restregándote su dulce aroma…

Después de terminar de beber de la cuarta persona del día de hoy, siento la presencia de alguien.

*¿Qué estás haciendo?-Me dice la voz de Stefan en mi mente.

*Bebiendo-Le respondo del mismo modo.

*Tienes que ser más discreta, ya van cuatro, tienes que saberte controlar.

*¿Cuántos has bebido tú?-Le pregunto.

*Cinco.

*¡Y se supone que yo soy la indiscreta!

*Pues sí, puesto que yo a todos les he borrado la memoria, tu haz dejado ir a uno.

*¿De que estas hablando?

*No le borraste totalmente la memoria a una chica, o no sé qué fue lo que paso, pero la escuche contándole a la que creo era su hermana, y solo hay dos razones por las que tal vez no pudiste quitarle la memoria…

*Se suponía que esta iba hacer una vida diferente a las que ya hemos tenido, y empezamos otra vez con los problemas…

 

 

 

 

 

Contacto